lunes, 31 de enero de 2011

EL PARTIDO DE LA ILUSION

La verdad que uno lleva ya muchos años con la ilusión de disfrutar del auténtico fútbol, de vivir el ambiente de las grandes citas, de pasar la noche con el gusanillo por el partido del día siguiente, uno llevaba mucho años queriendo disfrutar de una mañana como la de ayer. Con la vuelta del equipo a la 2ª división del fútbol español estas sensaciones están cada vez más cerca. Atrás quedaron las penurias pasadas en campos sin casi gradas para los espectadores, sin instalaciones en condiciones, atrás quedaron los patatales de pueblos perdidos, ahora el Granada se encuentra por fin donde merece estar, por categoría como ciudad, por historia y sobre todo por su afición. Una vez superadas las interminables campañas en categorías imposibles de abandonar o los descensos administrativos por la incompetencia de los que nos dirigían, por fin, podemos hablar de disfrutar algo del fútbol de alto nivel, y eso tuvo su máxima expresión ayer, en esa inolvidable mañana.

Ya a primeras horas de la mañana, la tímida aparción del sol entre las nubes aguraba que nos esperaba una cálida mañana, y no sólo porque la temperatura se incrementó a lo que vino siendo los días anteriores, sino porque en los aledaños del campo se comenzaba vivir el calor de dos aficiones sumidas en la ilusión, dispuestas a dejarse las gargantas animando para que su equipo se proclame vencedor. Una marea verdiblanca inundó las calles zaidineras varias horas antes de la contienda, nunca antes ví en este campo una cantidad tal de afición visitante, y con los béticos la fiesta estaba asegurada. Después del café con periódico y un breve paseo nos adentramos en el templo de la ilusión espectantes de que el marcador situado en todo lo alto del campo nos mostrase un resultado a favor.


No hay que olvidar que este año para lo que nosotros cuenta realmente es la permanencia, con el trabajo y esfuerzo que nos costó el ascenso no es preciso olvidarse ahora de dónde venimos y porqué. Así que siendo sincero en mi reflexión, e imagino que en la de muchos, me daba por satisfecho con lograr un empate ante el Betis campeón, líder de la categoría, equipo que venía de ganar al Barça y que estaba demostrando un juego envidiable. Lo cierto, que una vez sentado en mi asiento me sentí totalmente forastero en mi tierra, estaba totalmente rodeado de banderas y bufandas verdulagas que no me dejaban oír los canticos ofrecidos por el campo a mi Granada. En principio no me importó, pues más mérito tendría aguantar a la batalla de cánticos y sones entre aficiones sin en campo contrario me encontraba, pero conforme la situación se fue poniendo tensa mi ánimo de paz y convivencia cambió.

 La primera parte fue bastante tensa por ambas partes, los jugadores sabían que se jugaban bastante a estas alturas de la temporada, y a pesar del planteamiento inicial del Granada la cosa no pintaba nada mal, se absorvió toda intención de jugar por parte del equipo rival y se avisó por el letal contragolpe que mostraron los pupilos de Fabri. Ya en el segundo tiempo la mañana explotó en colores rojiblancos con un gol tras de otro. En tan solo 15 minutos el conjunto rojiblanco noqueó al rival a base de contragolpes y de calidad, mucha calidad la que tienen arriba sus hombres. Los contragolpes protagonizados por Benítez y Geijo acabaron con un rival que venía a este campo a llevarse los tres puntos tan codiciados. La impotencia del conjunto verdiblanco se estrellaba una y otra vez ante la muralla defensiva construida para tal efecto, la afición visitante se impacientaba y comezaron los pequeños altercados.


Es cierto que seguramente me encontraba en la peor situación del campo totalmente rodeado por afición rival, los cuales ante tan inesperado resultado para ellos se fueron calentando a medida que pasaban los minutos en el campo. Algún intercambio de insultos y malos gestos se vieron a mi alrededor, pero gracias a Dios la situación no fue a mayores, con el tiempo el aficionado bético fue asumiendo tal humillación y al final acabamos todos sanos y salvos. La verdad, que tampoco se puede generalizar porque de los miles de aficionados que nos visitaron sólo algunos energúmenos se propasaron en sus maneras, pero de esos hay en todos los campos, aunque seas el invitado. Pero para entonces la afición granadinista acalló cualquier cántigo o gesto verdiblanco con una impresionante ola que invadió cual sunami todo el estadio, la alegría era desmesurada, la afición por fin disfrutaba.



Al fin llegó la explosión esperada cuando sonó el pitido final del colegiado, la afición saltó de sus asientos para ovacionar a un equipo vencedor, a más de uno casi se le escapa una lágrima a pesar de la contención, y por fin pudimos disfrutar en Granada de un partido de la máxima tensión, de un nivel muy superior a los que se suelen ver en 2ª o incluso en 1ª división, porque no nos engañemos, el Betis segurmanente sea bastante superior a algunos de los equipos que regentan actualmente la división de honor. Y que mayor gozo si cabe que haber ganado ese espectacular encuentro de una forma tan clara y aplastante ante el mejor de los rivales.


Gracias al equipo por hacernos despertar de un sueño que por fin ya no será eterno, que se hace realidad, de hacernos disfrutar de grandes tardes de fútbol que tanto necesitaba la ciudad. Gracias por hacer que la gente piense en el Granada como su primera opción futbolística, gracias por hacer que los niños se ilusionen al ponerse su camista del Granada, por todo ello gracias.

2 comentarios:

  1. Viendo los goles del Granada a través del espejo.

    ResponderEliminar
  2. Ya te digo, es que no ha sido fácil encontrar los goles con facilidad, y el único vídeo decente que había por el momento era éste, por lo menos es original, jajajaja.

    ResponderEliminar