miércoles, 5 de enero de 2011

CARTA DE UN COSTALERO A LOS REYES MAGOS

Queridos Reyes Magos:

Este año he sido muy bueno y me he portado muy bien, he cumplido como es debido bajo los pasos, siempre obediente a mi capataz, echando una mano al compañero que llevo a mi lado, no he faltado a ningún ensayo, cumpliendo en igualás, traslados y retranqueos. Sin duda cabe que fui a todas las reuniones de las cuadrillas y aporté todo lo que estuvo en mi mano siempre positivamente. Llegué antes de hora a las igualás de los ensayos, y siempre que pude invité a una cerveza a un hermano sediento. Por todo ello te escribo esta carta llena de deseos para este año, los cuales espero que se cumplan a este humilde costalero.


A vuestras Reales Majestades os pido igualás perfectas donde cada uno coja sus kilos, compañeros alrededor que den el dó de pecho en esos vitales momentos, que desborde la amistad y el ambiente que hasta ahora me acompañó entre las trabajaderas bajo los pasos. Me gustaría esa ropa perfecta cual prolongación de la piel bajo el palo pareciera, esa morcilla que tanto soñé, ni muy gruesa ni muy fina, lo justamente extensa para que me llegue de oreja a oreja. Quiero pedirme esas alpargatas que tanto se me agarran al pie, esas que al rachear se cree esa sinfonía que tanto me gusta.

También desearía para este año queridos Reyes Magos costeros fijaitos al palo, zancadas fuertes siempre de frente, levantás de infarto y arriás que posen a los pasos sobre el asfalto. Desearía mucho una revirá eterna, de aquellas que te llevan a la gloria, recogías con mucho calor, y bullas infinitas que sepan apreciar el arte bajo los pasos. Quiero rozar los faldones con mis dedos desde el interior, oler a rosas, clavel y jazmín, escuchar el llamaor haciendo eco en el alma, voces de capataz y aplausos por plazas abarrotadas. Quiero volver a estar debajo, cerrar los ojos y que el olor a madera e incienso se impregnen en mi piel. guiando ellos mis pies bajo los pasos.


Y ya puestos a pedir, siempre deseé un palio alto y ancho, cargaito de bambalinas de esas que añoro tanto. Un misterio dorado con todas sus figuras y cartelas andando por adoquines de barrio, y un silencio enmudecedor de multitudes a su paso, un tambor ronco por Plaza Nueva, y su Madre ante un Cristo de piedra el Viernes Santo. Desearía ver cientos de velas acompañándolos, capirotes por doquier muy bien apilados, un rastro de cera sobre el asfalto, y el sonido de cornetas y tambores chirriando tras los pasos.


Ya se que he pedido muchas cosas queridos Reyes Magos, así que en mí queda ese deseo tan extenso, vosotros poned lo que esté en vuestra mano que yo para el resto ya me lo iré currando. En fin, que espero ésta sea una noche mágica para este humilde costalero, y por lo menos al acostarme siempre quedarán los sueños. Dejo en la ventana mis alpargatas de costalero para que os guieis hasta mi hogar y podais convertir en regalos mi más soñados deseos.

Feliz noche de Reyes a todos.

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