viernes, 29 de junio de 2012

MIRADAS

Dicen que hay miradas que matan, y otras que valen más que mil palabras, incluso miradas que pueden expresar sentimientos más intensos que mil poesías. Pero hay ciertas miradas que son especiales, esas que guardas fuertemente en algún recodo de tu alma, las que vuelven a tu mente cuando los ánimos decaen o las cosas se tuercen. Pero también rescatadas por la memoria, como imágenes expresivas de esa mirada nunca olvidada.

Hay miradas eternas, esculpidas por las manos de un maestro para ser veneradas con el paso de los tiempos, miradas creadas para perdurar eternamente en un rincón oculto de un templo, o hechas para presidir altares enteros. Son esas miradas inamovibles a la vez que expresivas, las que puedes aguantar durante minutos sin pestañear, miradas creadas para perdonar.


Dicen que no son más que figuras de madera inexpresivas, pero yo noto que no es así, porque lo percibo en sus miradas, rostros que cobran vida tras una reja a tenor de lo que nos dictan sus ojos llenos de vida. Miradas llenas de dolor, bañadas en sangre por una corona de espinas. Miradas ausentes, lacrimosas y repletas de sentimientos que se expresan por la magia de unas manos prodigiosas que un día las crearon. 

Puede apreciarse algo más allá del serrín y la policromía que componen sus miradas, pueden hacerte sentir humano desde un misterio o bajo un techo de palio, pueden hacerte redimir, emorcionarte y sentirte partícipe de su pasión con una simple mirada carente de movimiento. Es esa mirada perpétua, la que se clava en tu pecho para engancharte a ella de por vida.

Hay miradas dirigidas al cielo, miradas bucólicas y alegres, miradas carentes de toda vida, miradas amigas y miradas complacientes, incluso miradas que guardan secretos. Todo un repertorio de escenas sacras, que cuando las miras, hacen que reflexiones sobre todo aquello que rodea tu propia vida.


Me gusta acercarme lo máximo que puedo, y aguantar esa mirada intensa que penetra en mi ser y me habla de Ellos, me ayuda a comprender su misterio. A ellas me entrego siempre que puedo, a las que rezo y encomiendo mi suerte y la de los que más quiero. Son esas miradas las que perdurarán más allá de nuestras vidas, pero esas que nos llevaremos parasiempre en nuestro recuerdo.

lunes, 25 de junio de 2012

TAL DIA COMO HOY

He pasado horas y horas escribiendo en este pequeño umbral de recuerdos y sentimientos a los que doy salida en forma de blog. Han sido cientos de entradas en las que las palabras y las imágenes han inundado este virtual folio en blanco, al que últimamente tengo algo olvidado. Me he dejado llevar, a veces, por lo que un resquicio de alma desnuda ha querido que exprese mediante palabras inconexas, a las que dándole una pizca de razón, se convertirían en la luz de mi guardabrisas. Pero a pesar de todo ese tiempo invertido ante esta plantilla vacía a la que intento dar forma de alguna manera con algún pensamiento interno, nunca fui capaz de dedicarte una entrada a Ti.

Y seguramente seas la persona que más merece aparecer en estas absurdas líneas, porque si ellas están llenas de pensamientos internos, sentimientos destripados con el alma abierta, o simples razonamientos faltos de cordura en muchas ocasiones, siempre serás tú la base sobre la que se aposenten mis elucubraciones más íntimas y personales. Quizás nunca antes me atreví a hacerte protagonista de este escondido blog por vergüenza a expresar mis sentimientos, por miedo a abrir la puerta del corazón y dejar salir todas las emociones que realmente me importan, aquellas que sustentan mi vida de principio a fin.


Pero hoy es un día distinto al resto, un lunes encapotado, resacoso del domingo playero, de deseos perdidos en hogueras de madrugada, pero especial para nosotros ante todo. Tal día como hoy, pude vivir intensamente la mayor de las experiencias que nunca pensé que podría vivir. Porque tal día como hoy, próximos a esta hora, me dirigía pensativo y algo nervioso hacia el altar de mis sueños. Ansioso por todo lo que de ese día esperaba, pude verte llegar en el trasluz de la puerta de Sto. Domingo, agarrada a tu padre, y con esa sonrisa que llenó de luz toda la nave central del templo. Miraste en la distancia y me encontraste esperando en el altar junto a mi madre, esos grandes ojos marrones se me clavaron donde más duele, y desde ese mismo instante, supe que ese sería el mejor día de mi vida.

Ya se que en realidad llevamos más tiempo compartiendo nuestras vidas, pero tal día como hoy de hace una año, pudimos celebrarlo ante los ojos de Dios en su casa, y compartir nuestro amor con amigos y familiares en ese gran día para nosotros. Pude sellar nuestro vínculo donde siempre soñé, tal y como lo había imaginado desde hace muchísimos años, en presencia de la mayoría de mis devociones, pudiendo presentarte ante ellas como mi esposa desde ese mismo momento.


El resto de aquel día quedará para nuestros recuerdos, momentos inolvidables se seguirán avalanzando sobre nuestra memoria para que nunca olvidemos ese gran día que vivimos juntos. Así que la entrada de hoy, como no podía ser de otra manera, es para ti, para la mujer que hace girar mi mundo cada día, la que me da fuerzas para enfilar cada semana la carretera y volver cada cinco días a su vera, porque aunque solo sea para unas horas, el esfuerzo merece la pena.

Hoy quiero recordar aquel inolvidable día, volver a visionar las interminables fotos que lo retrataron, y revivir junto a ti los recuerdos que mantendremos vivos durante años. Se y espero, que llegarán días que superarán en emoción al de la boda, que nuestra casa se llenará de sonrisas infantiles algún día, pero hoy quiero recordar tal día como hoy de hace un año, para que aquella promesa que nos hicimos junto al altar, de cara al Señor y frente a todos, sea en realidad para siempre.



A ti, la que da sentido a mi vida.

Tq.

martes, 12 de junio de 2012

TARDE DE TOROS

Es la única tarde que he podido disfrutar de feria este año, ni casetas, ni sevillanas, ni coches de caballos, sólo una plácida tarde de toros entre amigos ha sido el único momento de feria por este año. Y no me quejo para nada, una buena tarde en la Monumental del Frascuelo con la mejor de las compañías puede ser más que satisfactorio si valoras esos momentos. Fueron seis toros que dejaron mucho que desear (como casi siempre) más cercanos al novillo que a la mole animal que debería de ser un toro de lidia. Como no pongan remedio, entre todos acabarán con la Fiesta Nacional por excelencia, partiendo de apoderados y terminando por ganaderos y empresarios, pasando por el propio aficionado.


La tarde del sábado prometía en principio por el gran cartel que presentaba, los diestros Enrique Ponce, Morante y Cayetano, se vestían de luces para dar el paseíllo por el albero granadino. Y no decepcionaron, los tres terminaron saliendo por una puerta grande, que en esta ciudad se abre más de la cuenta, para regocijo de  todos aquellos que nos encontrábamos  apretados en Tendidos y Andanadas, exultantes entre aplausos al borde de la embriaguez, y enchidos de merendola tras el descanso. Resumiendo a duras penas, lo que viene siendo el aficionado al toro en esta ciudad, y entre los cuales me incluyo.


No seré yo el el que haga una crítica taurina al más puro estilo clásico, no me inmiscuiré yo en esas lides, lo dejo para los profesionales que realmente entienden del tema, ni siquiera puedo considerarme realemente un aficionado. Yo simplemente me limito a dejarme llevar por los sentimientos que llegan a transmitirme algunos maestros con sus capotes y muletazos frente al toro. De hecho, me gusta acudir a mi cita anual con los toros, rodeado de aquellos que entienden lo que allí se cuece, de la liturgia y técnica que rodea el mundo taurino en su más pura esencia. De ellos intento aprender algo cada vez que nos juntamos en torno a las tablas del ruedo granadino.



Así transcurrió otra gran tarde taurina de feria, entre risas y olés con amigos, vasos anchos cargados de hielo, y una puerta grande repleta de gente esperando a que los tres maestros la cruzasen sobre los hombros de aquellos que se ganarán su asueto por el traslado. Espero que la fiesta no siga cayendo en nuestra ciudad como hasta ahora, y el año que viene podamos seguir disfrutando de tarde de toros como esta, aunque solo sea por juntarnos un puñado de amigos.


martes, 5 de junio de 2012

AÑORADO CORPUS

Casi hace un año ya, cuando tuve el inmenso privilegio de vestirme de blanco inmaculado bien temprano para ser partícipe de la procesión del Corpus 2011. Recuerdo el nerviosismo que me acompañó en aquella mañana de Jueves de Feria, no sabía muy bien lo que me iba a encontrar, a pesar de que tantas veces me lo describieron aquellos que lo habían vivido, y esa incertidumbre ante lo desconocido  me invadía el interior del cuerpo hasta que llegué al encuentro. No las tenía todas conmigo, ni siquiera disponía de una plaza asegurada bajo las andas, pero al final todo transcurrió como debía,  la suerte y el Corpus se aliaron a favor mía para que aquella mañana de Junio tuviese el privilegio de convertirme en los pies de aquella mole santa por primera vez en mi vida.

Desde muy joven conocí de cerca la tradición más granadina por excelencia, la Tarasca el Miércoles, y de procesión del Santísimo el Jueves, todo ello combinado por sucesivos viajes al recinto ferial a lo largo de la semana, esa eterna semana de 9 días, en la que se prolongaba hace unos años la Feria de Granada. Una vez tomé conciencia como costalero, nunca se me pasó por la cabeza formar parte de ese idealizado grupo que tenía, de hombres afortunados y valerosos que serían los pies de la Custodia durante una vez al año. Algún año más tarde, se produjo la conocida igualá magna en la que se confeccionaron las actuales cuadrillas, igualá a la que no pude presentarme por estar ausente en esos días en la ciudad.

Y así, perdí mi primer tren para entrar a formar parte de los costaleros sagrados de blanco que portarían el Corpus. Algún año después, muchos de mis amigos que formaban parte de esas afortunadas cuadrillas, no paraban de hablarme de los indescriptibles momentos que pasaban bajo esos mágicos faldones, de las vivencias únicas que les acompañaban cada Jueves de Corpus, y de la gente que conocían bajo sus trabajaderas. Así que un año, después de acudir a varias reuniones durante cierto tiempo, me dispuse a formar parte de la prolongada lista de espera que atesoraban estas cuadrillas. 

Después de esperar algunos años, la 2ª cuadrilla de costaleros del Santísimo Corpus Cristi, me dio la oportunidad de entrar en su igualá, eso sí, por los pelos. Por lo que un 23 de Junio de ese mismo 2011, me presenté en una céntrica plaza granadina con los nervios de un principiante y la ilusión de un niño chico, que me llevaron a experimentar sensaciones nunca vividas bajo los pasos durante mi experiencia cofrade. Como he reconocido antes, la suerte me echó un capote, conjugada con la maestría de Pepe Carvajal en aquella igualá, hicieron que fuera uno de los elegidos para portar la pesada Custodia del Corpus sobre mi cerviz, momento que aún recuerdo con una sonrisa de oreja a oreja y alguna que otra lágrima en la retina. Momentos memorables los vividos bajo las órdenes de uno de los futuros capataces de Andalucía, el hijo del reconocido Antonio Santiago.


Y es que aquel año fue muy especial, poder disfrutar bajo el Corpus rodeado de grandes costaleros, trabajaderas repletas de años bajo  los pasos, reputados capataces con los que compartí palo, y sobre todo, una misma oración de católicos y cristianos bajo el paso. Y aún así, pude recordar que dos días antes de mi enlace matrimonial, tuve la suerte de confesarme en el mismo instante que depositaban el Santísimo sobre el paso, enchido con mi costal, fajado y rendido a aquella mágica mañana de Corpus.

Pero todo ello lo recuerdo con melancolía en la distancia, este año ni pude asistir a la reunión, ni podré disfrutar de ese paso en su rachear por las calles de Granada. Es triste perderse la fiesta más importante de tu ciudad, pero en los tiempos que corren no es de recibo quejarse por tener que trabajar, ni siquiera porque el trabajo esté fuera de casa, agradeceré desde la distancia la suerte que tengo de poder perdérmelo por estas circunstancias, y por haberme hecho disfrutar tanto el año pasado. Por lo que prometo volver cuando mi 2ª cuadrilla del Corpus se enfunde su costal para cumplir con la Octava, prometo que allí estaré, siempre eso sí,si Él quiere y lo tiene a bien.