miércoles, 22 de junio de 2011

COSTALERO SACRAMENTAL

Ya se, que quizás ser suplente de la cuadrilla del Corpus no es lo que esperaba cuando hace unos años me inscribí en ella. Pero si he de ser sincero, tengo que reconocer que una ilusión recorre mi cuerpo a menos de 24h de que de comienzo la cita que me llevará a estar con Él. Algunos no le darán valor a simplemente ser suplemente, y lógicamente hubiese deseado estar bajo su Custodia, pero sólo con el simple hecho de estar cerca del Santísimo en ese día tan especial para los granadinos, me siento satisfecho.

Quizás tenga que esperar otros cinco años para aguardar otra oportunidad, pero a tan sólo dos días de uno de los momentos más importantes de mi vida, una de las cosas que más ansío, es estar a su vera y poder pedirle con rezos, esas cosas que con tanto anhelo pido para los míos. Poder rezar a sus pies desde por la mañana temprano, aprovechar el poco de aire fresco que todavía corre por las mañanas, para acercarme a las benditas andas sobre las que se posará el Corpus, en el que un humilde servidor de Dios, sigue creyendo. Pero si quiero estar cerca de Él ese día tan señalado, no es tan sólo para pedir, sino más bien para agradecer, por todo aquello que me ayudó, por todo aquello que me ha sido concedido en la vida que me hace avanzar poco a poco, paso a paso, en este peregrinar por el mundo al que estamos destinados.

Quiero poder vestirme de costalero de blanco, acudir con mi costal bajo el brazo bien temprano, reunirme con esa gente que tendrán la suerte de portar sobre su cerviz al Santísimo este año, compartir experiencia sacramental con gente a la que aprecio, quiero y admiro bajo los pasos. Es un reto nuevo para un costalero como yo, pero no acudo sólamente como costalero a su encuentro, sino más bien como cristiano y creyente, demostrando mi devoción y amor como mejor se y puedo. No desearé en ningún momento que alguno de esos costaleros sacramentales del Jueves de Corpus tenga ningún percance para cederme a mí el hueco soñado, sería hipócrita por mi parte estar debajo abiéndolo deseado.

Simplemente acompañaré a su cuadrilla y su paso como un fiel más allí presente, aprovecharé esos momentos para invitarle a Él directamente al enlace del Sábado, aunque yo se que estará bien presente en todo momento presidiendo desde su capilla de Sto. Domingo,  y al que observaré continuamente aunque sea mirándolo de reojo. Así que aunque no tenga la enorme suerte de estar bajo sus zancos, ni de efundarme mi costal blanco,  me doy por satisfecho por poder estar cerca de Él y sentirme su costalero.

2 comentarios:

  1. Rául, quien te iba a decir a ti cuando escribistes esta entrada, que entrarias en la igualá del Señor. Ahora ya pasado todo, que grande es ser costalero sacramental ¿Verdad? ¿ a que esto es distinto? ¿ A que no se parece en nada costaleramente hablando? Se que has disfutado de lo lindo. Has logrado lo máximo que puede lograr un costalero "sacar al mismo Dios". Enhorabuena hermano, y que el Señor te acompañe todos lo días de tu vida, pero muy especialmente el sábado. Un beso para tí y para tu futura mujer.
    Joaquín Cros

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  2. Muchísimas gracias Joaquín, ha sido una de las experiencias más intensas de mi vida espiritualmente hablado, se juntan muchos factores para hacerla una experiencia única, pero sobre todo el amor a Dios y ser costalero. No tiene nada que ver con la Semana Santa, eso está claro.
    Gracias a ti y a gente como tu, que a pesar de los años que van pasando bajo los pasos, uno sigue aprendiendo multitud de cosas cada día que pasa entre los palos, y poder vivirlas con tan grata compañía.
    Gracias por todo Joaquín.
    Un abrazo.

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