viernes, 24 de junio de 2011

LA ALEGRIA DE VIVIR

Dicen que la vida da una de cal y otra de arena, nunca me gustó demasiado esa expresión, sobre todo porque me costaba diferenciar qué era la cal y qué era la arena. Siempre preferí pesar que en esta vida a cada uno Dios lo pone en su sitio, y si algo te quita te lo acabará devolviendo, siempre y cuando lo merezcas. Es cierto, que años atrás, veía las cosas de otra manera, a pesar de seguir mirando a la vida de frente y afrontar los retos con fuerza, mi aliento se tornaba alicaído hasta enmudecer cuando los acontecimientos acaecidos no acompañaban con el resultado esperado.

Tuve una de esas rachas malas que nadie desea, de las que en su momento no encontraba final, no veía la luz al final del túnel como suelen decir. Fueron unos años en los que se puede decir que no levantaba cabeza. El devenir de los acontecimientos que llenaban mi vida, hacían hundirme cada vez más en el pesimismo y la miseria. Todo se fue acumulando en un mismo período de tiempo, dolorosas enfermedades, pérdidas muy importantes en mi vida, tanto irreparables, como algunas otras menos irreparables pero no por ello menos dolorosas, fracasos laborales, injusticias que machacaban mi esfuerzo, etc. En fin, una serie de factores personales que me hacían pasar por uno de los momentos más inestables de mi vida, tanto moral como sentimental.

Pero todo cambió hace casi tres años y medio, un soplo de aire fresco entró en mi vida por la puerta de atrás, la conocí a ella, y no podía ser de otra manera, un Viernes de Dolores en pleno Realejo, y tras el famoso retranqueo de Sto. Domingo, se consumaban mis esperanzas por una nueva vida. Fue a partir de entonces, cuando el negro se fue tiñendo de gris para finalmente aparecer un blanco resplandeciente al final del largo caminar por el túnel, la salida estaba allí, y no dudé en tomarla.

Y así fue como se inició todo, a las mariposas que revolotean en el interior provocadas por el nuevo amor, le siguieron otra serie de acontecimientos que hicieron de mi vida un lugar más plácido donde residir. A la estabilidad emocional, le siguió la estabilidad laboral, así como una serie de cambios en mi vida que hicieron que volviese a ver a ver la vida de otra manera. Recuperé gran parte de la fe olvidada en ciertos momentos y me convirtieron poco a poco en el hombre que empiezo a ser hoy día, pero no sólo los buenos momentos me han ido forjando, sino los malos también, de ellos se aprenden más que de ningunos otros para acabar sabiendo qué es lo que quieres en esta vida.

Esta persona que me cambió la vida, es hoy la razón de mi existencia y con la que me gustaría compartir los días que me queden en este mundo maravilloso, aunque cruel e injusto a veces. Es por ello que hoy esté lleno de gozo y sentimientos, a tan sólo un día de certificar ese amor y nuestra unión ante los ojos de Dios.

 Por eso, lo de ayer no podía venir en mejor momento, necesitaba estar bajo el Santísimo para poder confesar mis pecados, y sobre todo, para agradecer todo lo que me ha sido concedido en estos últimos años. Aunque suelo decir que tuve suerte, pienso que fue Él quién me llamó ayer para que acudiese a su encuentro con mi costal y la ilusión de quién quiere encontrarse con Dios.

A ti, que has llenado mi vida de ilusiones, esperanzas y alegría.
Y a mi familia por estar siempre ahí.

miércoles, 22 de junio de 2011

COSTALERO SACRAMENTAL

Ya se, que quizás ser suplente de la cuadrilla del Corpus no es lo que esperaba cuando hace unos años me inscribí en ella. Pero si he de ser sincero, tengo que reconocer que una ilusión recorre mi cuerpo a menos de 24h de que de comienzo la cita que me llevará a estar con Él. Algunos no le darán valor a simplemente ser suplemente, y lógicamente hubiese deseado estar bajo su Custodia, pero sólo con el simple hecho de estar cerca del Santísimo en ese día tan especial para los granadinos, me siento satisfecho.

Quizás tenga que esperar otros cinco años para aguardar otra oportunidad, pero a tan sólo dos días de uno de los momentos más importantes de mi vida, una de las cosas que más ansío, es estar a su vera y poder pedirle con rezos, esas cosas que con tanto anhelo pido para los míos. Poder rezar a sus pies desde por la mañana temprano, aprovechar el poco de aire fresco que todavía corre por las mañanas, para acercarme a las benditas andas sobre las que se posará el Corpus, en el que un humilde servidor de Dios, sigue creyendo. Pero si quiero estar cerca de Él ese día tan señalado, no es tan sólo para pedir, sino más bien para agradecer, por todo aquello que me ayudó, por todo aquello que me ha sido concedido en la vida que me hace avanzar poco a poco, paso a paso, en este peregrinar por el mundo al que estamos destinados.

Quiero poder vestirme de costalero de blanco, acudir con mi costal bajo el brazo bien temprano, reunirme con esa gente que tendrán la suerte de portar sobre su cerviz al Santísimo este año, compartir experiencia sacramental con gente a la que aprecio, quiero y admiro bajo los pasos. Es un reto nuevo para un costalero como yo, pero no acudo sólamente como costalero a su encuentro, sino más bien como cristiano y creyente, demostrando mi devoción y amor como mejor se y puedo. No desearé en ningún momento que alguno de esos costaleros sacramentales del Jueves de Corpus tenga ningún percance para cederme a mí el hueco soñado, sería hipócrita por mi parte estar debajo abiéndolo deseado.

Simplemente acompañaré a su cuadrilla y su paso como un fiel más allí presente, aprovecharé esos momentos para invitarle a Él directamente al enlace del Sábado, aunque yo se que estará bien presente en todo momento presidiendo desde su capilla de Sto. Domingo,  y al que observaré continuamente aunque sea mirándolo de reojo. Así que aunque no tenga la enorme suerte de estar bajo sus zancos, ni de efundarme mi costal blanco,  me doy por satisfecho por poder estar cerca de Él y sentirme su costalero.

martes, 21 de junio de 2011

UN SUEÑO DE PRIMERA

Hemos hablado tanto y tanto, hemos hecho tantas conjeturas, hemos soñado con un "y si...", que al final, una vez llegado el momento, uno no sabe qué decir, no tengo palabras para expresar qué es lo que ha estado ocurriendo durante todo este tiempo. Sí, es cierto que todos habíamos hecho nuestras propias suposiciones si el Granada C.F. subiese a primera división, pero realmente era algo tan irreal para muchos de nosotros, para aquellos que nunca habíamos visto cosa igual, que ahora me faltan palabras para poder expresar con ellas lo que siento.



Creo que aún después de haber abusado durante varios días ya de fiestas que certificaban el ascenso, el granadino o granadinista aún no es cosciente de el logro alcanzado. Sólo empezaremos a ser conscientes cuando en los famosos mercados de verano de primera división aparezca entre el Getafe y el Hércules el nombre del Granada C.F., empezaremos a darnos cuenta de la gesta cuando ese escudo aparezca en las portadas de los periódicos más vendidos del país. De todo ello nos daremos cuenta cuando las televisiones nos retransmitan cada semana, cuando desde nuestro asiento veamos correr la banda a Cristiano Ronaldo o Messi, cuando Los Cármenes enmudezcan ante un pase de Xavi, o abucheemos a Mourinho. Y sobre todo, abriremos los ojos a la primera división cuando podamos viajar para acompañar a nuestro equipo del alma en campos como Mestalla, Sánchez Pizjuán, San Mamés, el Bernabeu o el Camp Nou, ahí seremos conscientes de lo que un puñado de buenos jugadores han logrado para esta ciudad.


Y a falta de palabras, a mí vienen recuerdos de infancia, cuando todavía siendo niño pisaba el desgastado piso de unos Cármenes situado en casi pleno centro. Aquéllos partidos junto a los Kosakos Rojiblancos contra el Jaén, Cádiz, Recreativo, Córdoba y el At. Malagueño, cuando el grupo IV de Segunda B era de un nivel competitivo espectacular. O cuando por entonces Las Palmas se jugaba una plaza contra nosotros, o aquellos paneles anunciadores de todos los resultados de la Liga con su respectiva publicidad. También recuerdo, ya en el campo nuevo, las eliminatorias de copa frente al Betis, o aquella mítica hasta cuartos contra el Altelico de Madrid. La tercera también esá presente en mis recuerdos, y el trágico y extraño partido frente al Murcia en el que Aguilar hizo que se nos quedase cara de tontos. Por todo ello, merecemos más que nadie este ascenso.


Es de un verdadero reconocimiento todos aquellos que estuvieron como socios en tercera división y durante tantos años en Segunda B, para ellos es parte de este ascenso, aunque si bien entiendo que no sólo ellos tengan derecho a parte del pastel, pues del Granada somos todos, antes y después. Mérito sobre todo por aguantar tantos años de incompetentes ocupando el sillón presidencial en el palco, la falta de señorío y compromiso han obligado a este club a verse abocado en la más trágica humillación de una ciudad y un club que nunca debió abandonar las categorías en las que alcanzó la gloria.


Hoy toca respirar el aire nuevo que la primera división traerá a la ciudad, ya no toca recordar el sufrimiento pasado en los play-off, los penaltis fallados, el ambiente violento frente al Elche, las provocadoras palabras de Bordalás, la falta de interés del canal autonómico que nos debió apoyar, de las promesas incumplidas del que preside el consistorio, hoy solo toca dejar de soñar con algo que por fin se hizo realidad, disfrutar y seguir escribiendo nuestra propia historia.

No olvidaré jamás como una ciudad llenó el campo partido tras partido para alentar a sus héroes sobre el césped, ni como la ciudad entera se tiñó de rojiblanco para hacer de ella una sola bandera, por fin en esta ciudad todos cantábamos el mismo himno, todos usábamos la misma camiseta. Ha sido algo digno de contar a nuestros hijos cuando en un futuro los llevemos de la mano como hacía conmigo mi padre, solo que ahora espero que sea para ver al equipo en la máxima categoría del fútbol español, donde esta afición, esta ciudad y este club se merecen estar para siempre.


P.D.: A mi padre, al cual le hubiese gustado ver ascender a su Graná.
 Y a todo ese equipo de profesionales que han hecho, con su esfuerzo y dedicación, cumplir el sueño de todo un pueblo.


Granada C.F. siempre en mi corazón.

viernes, 17 de junio de 2011

HAY QUE SEGUIR CREYENDO

Llevo un par de días reflexionando profundamente sin dejar de darle vueltas al partido del otro día, me costaba mucho asumir que podrían fallarse cinco penaltis en dos partidos consecutivos, que algo fallaba en mi sistema mental que no me dejaba asumir que esa idea fuese real. Después de tanto meditar en silencio, creo que he sabido asumirlo por fin y borrar de mi recuerdo tan nefasta experiencia, si después de fallar en la primera eliminatoria dos penaltis durante el tiempo reglamentario y uno más en la tanda de penaltis, y aún así acabamos llevándonos la victoria, porqué esta vez no iba a suceder.

Dejo atrás todo el pesimismo que me invadía después del partido de ida e intento darle un giro de tuerca a la idea del partido de vuelta. El otro día escuché un comentario del presidente del club que quizás pueda llevar toda la razón, o eso, o es que nos agarramos a un clavo ardiendo para seguir creyendo en la victoria. Y el mismo venía a decir que al Granada le viene mejor ir a Elche con un 0-0 que ganando un   1-0. Y es que si analizamos la forma de jugar del equipo, y más fuera de casa, quizás lleve más razón que un santo. No me quiero ni imaginar aguantando los 90 minutos el 1-0 obtenido en el partido de ida, con el sufrimiento que ello reporta, seguramente acabaríamos cayendo y claudicando de tanto encerrarnos en campo propio. Sin embargo, el 0-0 nos obliga a salir algo más ofensivo y por lo tanto, a marcar mínimo un gol, lo cual, tampoco es tan descabellado si pensamos que el Elche no jugará tan defensivo en su campo.



En serio pienso que no es tan difícil que marquen un gol, quiero creer que Dani Benítez pueda sorprender con algún tiro de falta, o que haga una de sus jugadas de desborde por la banda, que Abel esté más inspirado y de algún pase perfecto para que alguien lo materialice en gol. Y por supuesto me gustaría soñar que Geijo estará listo para poder jugar los 90 minutos, eso es fundamental para empezar a creer. Una vez marcado un gol, ellos lo pasarán fatal, ya que lo que menos destaca de su juego es su juego ofensivo, eso y contando el estupendo estado de forma de nuestra defensa y portero me hacen creer que el ascenso pueda ser posible. Además, de esa manera no les damos motivos para encerrarse atrás, o para perder tiempo a través de alguna que otra triquiñuela, que es lo que mejor se les da. Una vez así, ellos estarán obligados a atacar, y ahí es donde el Granada puede hacer daño de verdad.



La historia del Granada C.F. está llena de momentos de sufrimiento, no se ha conseguido nada sin luchar y pelear hasta el último momento, así que esta vez no va a ser menos. Es nuestro signo, el sacrificio y sufrimiento por bandera, ¿o es que no lo pasamos mal el año pasado para poder subir a segunda aún habiendo ganado en la ida por 2-0? No nos queda otra, luchar hasta el final y ganar. Y si por casualidad no se pudiese cumplir el sueño, mi corazón no dejará de latir en rojiblanco.

No quiero terminar estas líneas sin hacer mención a aquellos que están dejando el nombre de Granada y su fútbol por los suelos. Es paradójico leer y escuchar en toda la prensa nacional que el Granada C.F. hace un juego espectacular, que merece las victorias, que es superior a sus rivales, y que a su vez seamos los mismos los que montamos altercados, apedreamos autobuses y nos acabamos peleando con todas las aficiones rivales. El fútbol no va de eso, es espectáculo, es vibrar, disfrutar, poder enseñarles a nuestros hijos de qué está hecho un granadino sin pasar miedo cuando lo llevas al campo. Ya se que todos no somos así porque voy cada día al campo, pero por la culpa de sólo unos pocos energúmenos analfabetos estamos en boca de todos. Ya me hubiese gustado viajar a Elche y echar el fin de semana para animar cuando más lo necesita mi Granada, pero vistas las circunstancias creo que no es lo más aconsejable porque después de lo acontecido el otro día no nos recibirán con sus mejores galas. Además, seguramente que ir acompañado de cierta gente hará que paguemos justos por pecadores.

Basta ya de violencia gratuita en el nuestra ciudad, y que todos aquellos que no estemos de acuerdo con su actitud barriobajera, les demos la espalda y no nos sintamos partícipes de sus actos, les silbemos y reprobemos cuando su actitud afecte a nuestra imagen de aficionado al fútbol sano, que eso no es Granada, que llevamos muchos años esperando algo así para que una panda de descerebrados lo tiren todo por la borda. Me da igual si son solamente adolescentes o si tienen cincuenta años, ese comportamiento tiene que ser repudiado y totalmente erradicado de nuestro campo. Si no les reímos la gracia los que estamos alrededor seguramente acabaran dejando de hacerlo, o eso me gustaría pensar al menos.

Una vez más, ¡¡¡¡¡Vamossssssss Granadaaaaaaaa!!!!!!




miércoles, 15 de junio de 2011

MOMENTO PARA LA HISTORIA, MOMENTO PARA LA GLORIA

UNA TARDE EN CORIA

Este año la sensación era extraña al no sacar la carreta ni poder hacer el camino, así que el lunes cuando me propusieron hacer la locura de ir a Coria del Río, simplemente para ver cruzar el Simpecado granadino las aguas del Guadalquivir, no me lo pensé demasiado. Incluso en el tedioso viaje nos pensamos si no era mejor darse la vuelta debido a las fortísimas tormentas que nos acecharon una vez cruzamos a la provincia sevillana, pero aún así insistimos en nuestro empeño y nos presentamos a media tarde en tierras corianas.

Da gusto llegar a este pueblo y sentirse cómodamente como en casa, la hospitalidad de su gente rezuma por sus calles, y le hacen sentir a uno parte del pueblo. Es impresionante cómo se vuelca su gente con el paso de las hermandades que diariamente inundan sus calles y enturbian su rutina diaria. Pasear por sus tranquilas calles y asomarse a la orilla del río son actividades idóneas para pasar la tarde en Coria. Y qué decir tiene del placer que puede llevar el sentarse en una de las terrazas de sus bares para degustar las excelentes gambas frescas acompañadas con una caña fresquita bien tirada.



Pero sobre todo lo mejor con diferencia, es la fusión que se produce entre Coria y Granada cuando el Simpecado cruza el río. Cuando el atardecer navega sobre las mansas aguas del Guadalquivir, el mismo enrojece el brillo plateado de la carreta alhambreña sobre la barcaza que la llevará hasta la otra orilla, allí donde el pueblo de Coria le espera. Es ahí donde se produce uno de los momentos más emotivos del día, presenciar cómo los bueyes tiran de la carreta en una corrida hasta que el Simpecado por fin, es recibido ante una multitud de gentío que vitorea la llegada de la hermandad de Granada a su pueblo.






Esa misma multitud, mezclada con los granaínos que aguardaban la llegada del Simpecado, acompañan por las calles del pueblo el transcurrir de la plateada carreta. Y será en la mudéjar Iglesia de la Estrella, patrona de Coria, donde Coria entera se convertirá en peregrinos granadinos fundiéndose con ellos en emotivos abrazos, haciendo que éstos mismos, se sientan como el más orgulloso coriano. El canto de La Salve hace de la fusión un momento perfecto para dar rienda suelta a las emociones y los sentimientos, ver cómo un pueblo entero se vuelca con la llegada de la hermandad de Granada hacen sentirse orgulloso de la tierra  a la que perteneces, pero sobre todo de sentir afecto por un pueblo volcado con tu sentimiento. 



El recorrido por el pueblo finaliza con una última visita al Simpecado de Coria, ya totalmente preparado para iniciar su peregrinar a la mañana siguiente. Así caerá la noche sobre nuestras cabezas, las aguas del Guadalquivir se vuelven oscuras y misteriosas, y frente al bellísimo simpecado coriano, la hermandad granadina rinde culto a sus hermanos con la mejor de sus artes, el canto. Y así termina una jornada intensa de emociones y vivencias, con la partida del Simpecado hacia la acampada a la vera del río, donde ya le aguardan espectantes todas sus carretas.