jueves, 15 de noviembre de 2012

MIRANDO AL CIELO

 
 
 
Dicen que del rostro agonizante de un gitano al que llamaban Cachorro, una gubia sevillana se inspiró. Que aquel moribundo desgraciado desafiaba con su mirada a la propia muerte, resultando vencido en tan vasto envite. Y que aquello sirvió de entre los testigos del suceso, a dar forma e inspiración a un maestro, que supo retener aquel último suspiro del gitano que por su desdicha finalmente padeció. 
 
Y de esas nobles manos surgió tu bendito rostro, la mirada que alcanza en el cielo el destello del mismísimo Dios, con tu planta sobre una cruz vilipendiado te mostraron, y como hijo de Patrocinio te acabaron bautizando. La propia muerte dio forma a tu calvario, inmersa en los ojos inertes que acabaron por sentenciar tu inminente muerte.
 
Y el barrio de Triana te acogió como El Cachorro, ya que al igual que aquel desafortunado gitano, acabaste con la mirada puesta en el cielo y con los ojos en blanco, exhalando con tu rostro el último suspiro de aire con el que la muerte te hizo prisionero, y con el que acabaste expirando.


No hay comentarios:

Publicar un comentario