miércoles, 19 de octubre de 2011

ETIQUETAS

Vivimos en una sociedad en la que etiquetar a la gente en fotos que aparecen en las redes sociales es lo mas normal del mundo, ya sea en Facebook, Tuenti, Twitter, etc. Pero hoy vengo a referirme a otro tipo de etiquetas, aquellas que también se producen en la sociedad, pero de otra manera mucho más subjetiva. Aquellas etiquetas que nos cuelgan las demás personas que no nos conocen y que nos ven pasar antes sus ojos, y por determinadas actitudes, formas de vestir, o simples acciones nos etiquetan indiscriminadamente, como si nos conocieran de manera profunda. Me explico.

A veces tendemos a juzgar a las personas por cumplir una serie de características pertenecientes a un estereotipo, por ejemplo, la forma de vestir. Cuántas veces hemos catalogado a una persona por su forma de vestir, si viste de forma arreglada, con ropa de marca, algo engominado y un afeitado pulcro, solemos decir que es un pijo (primera etiqueta) y seguramete de ideología de derechas (segunda etiqueta). Lo cual seguramente sea cierto, pero no por ello tiene que cumplirse a rajatabla, adjudicándole una serie de rasgos en su personalidad que seguramente ni si quiera tiene (tercera y sucesivas etiquetas), pero por vestir de una forma concreta le asignamos una clase social, de ahí su ideología y posteriormente muchas características de su personalidad, la mayoría de ellas infundadas y seguramente falsas.

Imagino que a muchos de vosotros en alguna ocasión os habéis encontrado en esta tesitura, no sólo juzgar a alguien por su aspecto, sino que os hayan juzgado a vosotros mismos sin fundamento. Pero en esta sociedad nuestra tendemos a etiquetar por muchas otras razones, no sólo por la forma de vestir. Quién no ha juzgado a alguien simplemente por observar qué tipo de periódico lleva bajo el brazo, dependiendo de la línea editorial del mismo, asignándole nuevamente una ideología política y de ahí unos rasgos personales infundados, incluso alguna vez he escuchado hacer comentarios sobre desconocidos simplemente por el periódico que estaban leyendo o por la emisora de radio que escuchaban.

Es cierto que vivimos con unos medios de comunicación que no son precisamente objetivos, todos enfocados a ideologías muy marcadas y cada vez más radicales en la defensa de las mismas, olvidando en muchas ocasiones la misión de informar simplemente, de forma objetiva y neutral. Pues bien, en mi caso, a pesar de tener mis ideas bien definidas, lo mismo escucho una emisora que otra, dependiendo de que en cada momento estén radiando algo que me resulte interesante o no, sin influir eso en lo más mínimo en mi forma de pensar.

Siguiendo con el tema de las etiquetas sociales que se asignan, lo mismo ocurre con muchas facetas de la vida, si eres católico o simplemente cofrade eres de derechas (o facha como vulgarmente lo suelen llamar algunos incultos confundiendo la velocidad con el tocino), si te gustan los toros ídem de lo mismo, igualmente si te gusta vestir de una manera más informal o te va el ir un par de días sin afeitar ya eres un indignado y de izquierdas, (imagino que habrá mucha gente indignada con la situación actual y quizás tenga también mentalidad de derechas). O de forma contraria, te puede gustar ir a los toros, ir cada año de romería al Rocío y ser de izquierdas, ya se que no es lo habitual pero conozco casos y a ellos no les gusta que se les etiquete indiscriminadamente de una u otra forma.

Si te gusta un determinado estilo musical debes ser de una u otra manera, hay tantas etiquetas en nuestra sociedad, que a pesar de ser en muchos casos ciertas, en otros tantos seguramente nos equivoquemos. Por ello, es mejor no juzgar nunca a la gente por su simple apariencia, por sus gustos editoriales o simplemente por sus aficiones o convicciones religiosas. Hay que dejar de discriminar a la gente por todo este tipo de cosas y conocer de cerca a las personas, acercarnos a ellas y dejar las etiquetas para las redes sociales. 


1 comentario:

  1. Eso es así, querido Raul... una lástima, pero a todos nos ha pasado alguna o más de una vez... las etiquetas, las vamos a dejar pa los bloses, que quedan divinas.

    Un abrazo...

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