lunes, 23 de mayo de 2011

PATRONA DE CAPATACES Y COSTALEROS

Hace un par de días, más concretamente el 21 de Mayo, se celebraba el sexto aniversario de la primera salida de Santa Rita, aquella en la que tanta gente participamos con la ilusión desmedida del mes de Mayo. Y quiero recordar esta efeméride, porque creo que ninguno de aquéllos que fuimos partícipes en tan emocionante evento se olvidará jamás de tan entretenida experiencia alrededor de una Santa. Quiero recordar cómo se fue fraguando en la barra del bar León aquella idea, que en sus comienzos parecía una locura o un simplemente un juego, y finalmente fue cogiendo fuerza con el paso del tiempo hasta que nos acabamos creyendo que Santa Rita saldría a la calle con el beneplácito de los Hospitalicos.


Al final la hermandad de Santa Rita se volcó con el proyecto, en el cual muchas personas que éramos ajenas al movimiento nos convertimos en partícipes de su primera salida. Recuerdo reuniones en el León organizando todos los detalles de aquél nuevo proyecto, por supuesto, en cuanto tomé conciencia de la realidad del mismo fui de los primeros que inscrito figurara en la lista de costaleros. Aquello cogía forma a una rapidez vertiginosa, Joaquín León a la cabeza comenzaba a organizar toda una hermandad en la calle, cosa a la que ya nos tiene acostumbrados, Jorge el Negro y Rafa Alcalá asumían el mando como capataces, y un sinfín de costaleros llegados de todas partes se inscribían al nuevo proyecto.


Creo que aquello fue lo más bonito de todo, la igualá en la casa de hermandad de la Esperanza, allí donde confluyeron costaleros de todas las cofradías y hermandades de Granada, ver gente de todos los barrios, de todos los pasos, ya sean de palio o de misterio, de silencio o de gloria, todos juntos ante un nuevo reto. Y así fue como recuerdo que fue surgiendo todo, el ambientazo que se fue viviendo en los prolegómenos a aquél 21 de Mayo de 2005 que fue espectacular.



Recuerdo estar rodeado de grandísimos costaleros que habitaban los pasos de nuestra ciudad, y sobre todo fue un movimiento costalero para grandes capataces de Granada. Vimos cómo muchos de los capataces que por aquellos entonces capitaneaban los martillos por nuestros barrios se enfundaban el costal para ser partícipes de aquélla experiencia. Recuerdo que por todo aquello, sobre la misma barra donde se fraguó todo, salió a relucir la idea de nombrar a Santa Rita patrona de Capataces y Costaleros.


Se formó la cuadrilla mas heterogénea de la ciudad (salvando las distancias con la del Corpus, por supuesto) compuesta por costaleros que hacían de capataces y capataces que hacían de costaleros. El ambiente que se vivió allí debajo aquél 21 de Mayo fue espectacular, rodeado de buena gente y grandes amigos, incluso sirvió para forjar nuevas amistades y para que algunos pudiéramos hacer nuestros pinitos con el costal. En fin, se reunieron una serie de circunstancias para hacer de aquella salida un evento especial para todos aquellos que participamos en él.

Es cierto, que el año siguiente tuvimos la suerte de repetir y la convocatoria fue aumentando en gente debido a la repercusión que tuvo ese primer año, pero aquello terminó ese mismo año, no fue más allá. Para decepción de muchos que disfrutamos y creímos en esa idea, fue breve pero intenso. Orgullo de poder estar en aquel ensayo en la casa de hermandad de la Esperanza, de asistir a la igualá inolvidable del Gustav Klimt, de ayudar al ilusionante montaje del paso, de compartir trabajadera con buenos amigos y con tan grandes capataces y costaleros, y sobre todo, por el paseo que le dimos a los dos metros de Santa por las calles de Granada desde los Hospialicos.

Hay que agradece la labor que por entonces hicieron hermandades como la Esperanza, la Victoria, el Nazareno y un largo etcétera, sin la cual, aquel sueño de Mayo no hubiese podido salir adelante. A pesar de los seis años transcurridos desde entonces, cada vez que nos juntamos un grupo de costaleros de los que participamos aquellos dos años, recordamos arduamente aquellos maravillosos momentos vividos en torno a la salida de Santa Rita. Tuvo hasta su himno, ese que todos cantamos cuando añoramos esos momentos.



P.D.: Dedicado a aquéllos que fuimos partícipes de esa primera salida de Santa Rita, y sobre todo a aquellos sin los cuales no hubiese sido posible aquel encuentro.

Santa Rita, Rita, Rita, Rita...

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