Han pasado los días y la fecha se acerca, atrás queda una Cuaresma, que como cada año, se llena de anécdotas, recuerdos y momentos únicos vividos junto a la gente de las Cofradías. Es la Cuaresma que se va, quedando en la retina igualás, ensayos, cultos, y muchos días de visita a tu capilla, pensando qué nos deparará la Semana Santa del 2012. Se acabaron las frías noches de ensayo que acaban de madrugada, las riñas con la mujer porque tienes que ensayar un sábado por la tarde y ella quiere ir a otro lado, el pedir días en el trabajo para no perder un ensayo ya que la fila está muy cargada de gente este año. Atrás quedaron las mudás maratonianas y las visitas al oscuro rincón de una iglesia donde arrodillarse en soledad.
Llegó la hora de echar la vista atrás y sumar una Cuaresma más en las taitantas primaveras que se han vivido dentro y fuera de los pasos. Ahora sustituiremos esa vuelta, que a drede daba uno para pasar frente al Perpetuo Socorro e impregnarse del olor a incienso que en su esquina se rocía a plena luz del día, para vivir en primera persona los aromas que salgan de un innecesario plateado y una naveta cualquier día Santo de la próxima semana. Y por fin se terminaron, esas interminables tertulias en el calor de una Casa de Hermandad, que se alargan con una copa en la mano hasta altas horas de la madrugada.
Quiero pararme en estos días y pensar en todo aquello que aprendí de esta Cuaresma, las lecciones que me dio y evitar cometer los mismos errores en los que caí este año. Tengo imágenes fijas en la mente que me harán llenar ese pequeño y desgastado baúl que es mi memoria, allí donde intentaré retener tantos momentos buenos rodeado de gente buena. Ayer, ya sacaba la ropa que llevaré en mis días de gloria, aquella que me acompañará en tan bellos e intensos momentos, la ropa del Señor como a mí me gusta llamarla.
Por eso, he querido rebuscar en mis archivos fotográficos de esta Cuaresma, que este año he de decir que son escasos, y exponerlos aquí para recordar algunos de esos grandes momentos vividos en estas tan señaladas fechas. Son pequeños pellizcos de mis experiencias durante los últimos tres meses entre ensayos y devociones, aquellos retales de recuerdo que darán paso a la llegada de la Semana Santa de este año.
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