Hace tan sólo tres días estábamos de cumpleaños, este vuestro blog cumplía exactamente un año. Quién me iba a decir en esas fechas que la aventura que emprendí sin saber muy bien cómo funcionaba el mundo de los blogs, iba a resultar tan interesante como lo ha sido hasta ahora. Han sido doce meses con todos vosotros, compartiendo todos mis pensamientos, mis preocupaciones, inquietudes, mis más sinceros sentimientos hacía aquellas cosas que me emocionan y me hacen sentir bien. Se trata de un puñado de líneas en las que he ido plasmando aquellas experiencias y gustos, totalmente personales. Entiendo que no todo el mundo ve el mundo igual que yo, pero todo aquél que ha querido ver mi visión personal de las cosas, se ha podido acercar a través de esta ventana al interior de mi mente y de mi alma.
Como habéis podido apreciar, el blog ha ido cogiendo unos tintes marcadamente cofrades, ya que yo lo he ido queriendo así conforme iban apareciendo entradas en mi cabeza. Quizás sólo aquéllos que son cofrades como yo, puedan entender el sentimiento y belleza que puede crearse en ese particular mundillo, pero me consta que ha habido por aquí gente ajena al mismo que se ha emocionado y entretenido con algunas de las entradas cofrades que he ido creando, lo cual agradezco. De todas formas, a pesar de la hegemonía cofrade que han ido copando muchas de las entradas, también he ido plasmando otro tipo de pensamientos o emociones ajena a ésta, prevaleciendo siempre opiniones personales o aficiones que ocupan mi vida, como son el Granada C.F., los toros, la fotografía, el humor, el Rocío, incluso alguna que otra crítica cinematográfica y política aparecieron por estas líneas.
Han sido más de doscientas entradas en tan sólo un año, más de cien vídeos publicados, más de quinientas fotos propias editadas, más de catorce mil visitas, treinta seguidores y muchas muchas horas sobre el portátil dándole forma para que todo esto tuviese algo de sentido. Aunque cierto es, que para aquellos que nos gusta esto de las redes sociales, o simplemente escribir cuatro líneas con mayor o menor acierto, puedo decir que sirve incluso de terapia, hace sentirse mejor con uno mismo, desahogar ciertos pensamientos y mostrarlos al mundo.
Nunca pensé cuando inicié esta aventura que sería capaz de abrirme de esta forma en público, mostrar tantos pensamientos íntimos y personales, con lo tímido y vergonzoso que suelo ser para este tipo de cosas. Pero poco a poco fui cogiendo confianza y cada vez me fue resultando más fácil, llegando a necesitarlo en muchos momentos, como si de una terapia se tratara. Así que el balance en este año ha sido bastante positivo, pero todo esto no hubiese funcionado sin todas aquellas personas que estáis al otro lado de la luz.
Ha sido un blog de andar por casa, familiar, en el que todos aquellos que me seguís y leéis, ya sea asíduamente o de forma esporádica, habéis hecho sentirme arropado y entendido muchas veces, por lo que se ha ido creando un lugar de encuentro en el que habéis podido dejar en muchas ocasiones vuestras opiniones sobre lo publicado. Por ello, muchas gracias a todos aquellos que habéis hecho de la luz del guardabrisas un rincón familiar y coqueto, en el que compartir nuestras opiniones y experiencias. Por todo ello, muchas gracias a todas las luces que se van encendiendo en el guardabrisas, y aquellas que se irán encendiendo con el tiempo. Espero que el siguiente cumpleaños podamos ser muchos más los que nos acercamos a este humilde blog, que a pesar de no ser grande, tampoco pretende serlo.
Muchas gracias.
Guardabrisas.
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