miércoles, 4 de enero de 2012

TAN DULCE COMO TU NOMBRE

Como todos los años, la Cofradía de la Humildad tiene a bien ser la protagonista del primer acto cofrade del año celebrando los cultos al Dulce Nombre de Jesús, tercer titular de la Cofradía realejeña, pero no por ello menos importante. Por ello, anoche me dirigí meditabundo hacía la Plaza de Sto. Domingo con ganas de empezar el año junto a Él, para poder dejar atrás todas aquellas supercherías que solemos pedir cuando tomamos las tradicionales uvas la noche del 31, y aferrarme a la fe por Jesucristo desde su propio templo, y ser ahí donde lanzar mis súplicas y oraciones para este 2012 de la manera que a mí más me gusta, junto a Él.

Es cierto, que siempre fuiste el más olvidado para la gente de la calle, que aquellos otros titulares con los que compartes Cofradía siempre obtuvieron mayor atención y reconocimiento por aquello de reinar las calles del Martes Santo sobre sus espectaculares pasos. Pero tu siempre estuviste ahí, aguardando sosegado y tranquilo desde tu capilla dominica, esperando a que la tarde-noche del Martes Santo transcurriese lo más rápido posible para poder volver a estar junto a Ellos, deseando cada año, no prescindir más de su compañía.

Pero llega la Navidad, y con ella conmemoramos tu nacimiento, en estas conmovedoras fechas eres el auténtico protagonista. Pues bien, sólo unos días después, nos presentamos ante tu pequeña pero bellísima imagen para rendir culto a la advocación más bonita de todas las que te pudieron dar a lo largo de la historia. Tu nombre es tan dulce como tu rostro Jesús, como la serenidad y alegría que denotan  tus ojos. eres rey y eres gloria, y la cruz que portas sobre tus diminutas manos son símbolo de victoria, oh Dulce Nombre de Jesús, cuan hermosa es tu nobleza cuando presides ese frío altar amarmolado entre tanta juventud cariñosa. Es enternecedor presenciar tu imagen, cómo algo tan pequeño puede ser a la vez tan grande.

Eres protagonista también del Domingo de Resurrección, día en el que sobre tus andas, pregonas por toda la ciudad que has resucitado, avivas a que se toquen las campanas, das aliento al joven costalero que empieza a soñar con las trabajaderas, y creas la ilusión de todos aquellos niños, que sin conocer aún lo que es la verdadera fe, se sienten más cercanos a tu imagen por ser niño como ellos. Eres mucho más importante de lo que la gente cree, pero imagino que al verte todo el mundo tan joven, creen que careces de la importancia que mereces. Pero serás el mismo que posteriormente predicará por nosotros, cenará en el Realejo, orará por Santiago, será humillado en Sto. Domingo y finalmente crucificado en el Campo del Príncipe, donde tu Madre llena de Soledad, te visitará cada Viernes Santo a las tres de la tarde, justo antes de que la Resurrección del alma te lleve otra vez a pasearte sobre tus andas por Granada.


Ayer te visité por primera vez con una nueva admiradora tuya, mi mujer, aquella que rezó junto a mí hace tan sólo unos meses en ese mismo altar en el que ahora te venimos a besar. Y cogido de su mano, situado en la cola de gente que se amontona para que dulcifiques sus labios con tu propio pie, te observo a lo lejos impacientándome poco a poco por estar frente a tu dulce rostro, frente a tu alegría contenida de niño Dios, que nació hace tan sólo uno días, y hoy volvemos a adorarte.


Hoy estoy lleno de júbilo, porque anoche pude empezar el año nuevamente en tu compañía, porque seas el portador de mis oraciones y alegrías. Esta visita cada 3 de Enero, me hace desafiar el año con fuerzas y energía. Acompañado de casi todas mis pasiones bajo un mismo techo,  hacen que pueda tomar aliento para afrontar las dificultades que me esperan en esta vida, rodeado de aquellas imágenes que atienden mis plegarias durante todo el año. Será aquí, Dulce Nombre de Jesús, donde quisiera pasar el resto de mis días, en compañía de tantas cosas a las que quiero. Pero mis obligaciones ahí fuera, hacen que vuelva cada vez con más impaciencia a tu vera, para que seas el que vele por la seguridad y felicidad de todos aquellos a los que quiero.

1 comentario:

  1. Mi niña siempre ha sido muy del Facundillo... es lo que tiene llevarla al barrio. :)

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