Tan sólo quedan 30 días para la llegada del Lunes Santo, jornada cofrade donde las haya en Granada. La ciudad se viste engalanada con manto asalmonado para recibir entuiasmada a la madre de las manos entrelazadas, a la Virgen más solitaria, a la Dolorosa por excelencia en Granada. Y ese mismo Lunes Santo, la Magdalena dejará de ser presidio para nuestro Padre, que será Rescatado por el ejército de fieles granate y así ponerlo en libertad ante las calles de ésta ciudad sobre un monumento de caoba y plata, para que el resto de fieles puedan contemplar la obra perfecta del maestro José de Mora. Quedan 30 días para que la Luz de la tarde inunde el barrio del Zaidín, barrio dedicado por excelencia al Trabajo por su hermandad, recorrerán sus calles para que Granada les de la venia, y llenos de gozo y gentío puedan regresar al origen de todo, al Corpus Christi.
Y esos 30 días pasarán, y el Realejo se transformará en un Huerto plagado de olivos donde la Amargura se convertirá en Oración y las gentes coparán las calles del barrio para disfrutar de su regreso al refugio comendador entre saetas llegadas desde el cielo de un Morente ausente, y contemplarán como ese que viene por Santiago arrodillado se convertirá en el mismísimo Dios. Y una vez caída la noche, la muerte se convertirá en Muñidor, anunciante de excepción de que no hay Consolación en esa noche desolada, llegada del rostro inerte a Granada, que el silencio por San Antón se haga carne crucificada de sangre derramada, que ahí llega la ilustre hermandad del Sagrado Protector de Granada clavado en una cruz plateada.
Y en Sevilla tarde de gloria de Lunes Santo en 30 días, el Beso de Judas acontecerá en Santiago sin que unos sones de agrupación puedan evitarlo, Rocío madre de las marismas sevillanas. Será entonces cuando el Traslado del Señor se haga por calles sevillanas, con la mismísima sangre de Cristo transformando en flor aquella que ha sido derramada, como una rosa que nace del alba en Santa Marta. Y más allá de Triana Caifás presenciará al Soberano Poder sobre sus andas, que será mostrado a base de izquierdos a toda Sevilla, pero antes, las Penas que llenan el rostro de los Dolores de lágrimas por San Vicente, se enjugarán en esa misma tarde de Lunes Santo que tanto anhelamos todos.
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