lunes, 28 de marzo de 2011

23 días para el Jueves Santo

Sólo quedan 23 días nada más para la llegada del Jueves Santo. 23 días para que el Albaycín granadino se llene de folklore y de pasión de un barrio entregado a la devoción por sus titulares. Las estrechas y empinadas calles se convertirán en pasadizos de procesión, donde la cera dejará la huella del paso de sus imágenes. La tranquilidad del barrio árabe de la ciudad se verá perturbada por el estallido de sonido y color que impregnará sus calles, en cada rincón del viejo Albaycín resonarán cornetas y tambores, las petalás adornarán sus empedrados pasajes  y el fervor de su gente harán del barrio el rincón más cristiano del Jueves Santo. Partirá de San Miguel Bajo el Divino Perdón flajelado, atado a la columna y resignado, seguido bajo palio blanco por María Santísma de la Aurora, que ante los vítores y vivas del gentío, será conducida con maestría hacía el mejor de sus destinos, los Grifos de San José, donde pasará con maestría por última vez antes de que la Madre del Albaycín sea convertida en Reina siendo coronada por un barrio, por un pueblo y por una ciudad entera.



Mucho más arriba, en la cúspide albaycinera, una Estrella de Pasión saldrá trabajosamente por su minúscula puerta para mostrarnos una cruz nazarena. Un bosque de capirotes amarillos coparán la Cuesta del Chapiz a la ida, y la de la Alhacaba en su regreso, haciendo de la costalería un arte por ser tan osados en su trayecto. Y una vez caída la noche el Amor y la Entrega se transformarán en madera tallada con una cruz a cuestas, y así será El Manuel el que con túnica blanca desde su Convento con las vistas de una Alhambra iluminada, partirá hacia Granada. Se regresará en la oscuridad con la única luz que proporcionan la candelería a un palio de cajón de bordado excepcional, que avanza por las callejuelas haciendo gala de su Concepción ante la atenta mirada de una madrugada que surge en cualquier rincón.



23 días quedan sólamene para que la Salud zaidinera se vista bajo palio con su manto de Redención desde un colegio salesiano. Avanzará el crucificado su lustre caoba por las avenidas zaidineras, cargado de cambios en sus trabajaderas para que la fe de un barrio se postre a sus pies, y la noche de Jueves Santo consuma sus horas para que la llegada de la madrugada de paso a la devoción de Granada. Y será esa devoción de madrugada del Jueves al Viernes Santo cuando Cristo muerto sea paseado por Granada, cuando el jolgorio de la jornada se torne en Silencio y oscuridad para ver el rostro Misericordioso racheando por su ciudad. Un tambor sordo de silencio anunciará su llegada y sobre el féretro que será su paso desvelará su rostro crucificado. La blanquecina piel ensangrentada acompañada de devoción penitente nos hará meditar, con la pena de no poder  recogerse en su casa de San Nicolás ni con una saeta quebrada de Morente.

1 comentario:

  1. Muy bueno , disfrutaremos de todo eso y mucho mas ....a ver como se porta el tiempo...

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