martes, 19 de marzo de 2013

LA CUARESMA QUE SE CONSUME

Por fin afrontamos los últimos días de una Cuaresma que se ha ido consumiendo como el pabilo encerado de un cirio. Y mientras la cera de ese cirio cuaresmal ha ido menguando con el paso de los días, desde que se encendiese aquel ya lejano Miércoles de Ceniza, ha ido dejando en su intenso transcurrir esos pegotes de cera derretida en nuestra memoria y en algunos casos, en nuestro corazón. Porque siempre son varias las vivencias cuaresmales que se acaban alojando dentro de nuestro pequeño rincón del alma donde guardamos con ahínco esos gratos recuerdos que merecen la pena arrinconar para no perderlos.
 
Atrás quedaron ensayos hasta horas intempestivas bajo el frío manto de la escarcha, algunos acabaron mojando las parihuelas donde intentábamos reproducir lo que mejor sabíamos o podíamos hacer bajo un paso. Algún que otro ensayo acabó alrededor de una barra de casa de hermandad tertuliando hasta altas horas de la madrugada. En otros, las obligaciones laborales hacían que muchas jornadas de trabajo se hicieran eternas tras uno de esos largos y extenuantes ensayos.
 
Vivencias que hacen acercarte aún más a algunas personas en este viaje cofrade que es la Cuaresma, y a veces, alejarte de otras. Perdidas quedaron las notas musicales en teatros y plazas de conciertos y certámenes, y marcadas en papel para siempre, las palabras de pregones que unas veces fueron más acertadas que otras. Y en las paredes y escaparates de locales y bares ultiman sus días los distintos carteles que han ido dándole vida y forma a parte de esta Cuaresma, que quema sus últimas llamas rociadas de incienso, hasta consumirse para siempre en este 2013.
 
Y un años más, pasaron los cultos a los Sagrados Titulares de la mayoría de hermandades y cofradías de la ciudad, cultos en los que engalanamos altares cargándolos de cera y dinteles adamascados en los que querer enseñar al pueblo, las imágenes a las que pasamos tanto y tanto tiempo rezando. Atrás quedaron las mismas tertulias de siempre, los análisis exhaustivos de cómo anda uno u otro paso, de cómo levanta o arría, o de cómo está tal o cual banda este año.
 
La Cuaresma nos está dejando lentamente, y todos sabemos lo que ha de venir a partir de ese Viernes de Dolores, que extraoficialmente, dicta en mi corazón que ya está aquí la Semana Santa de este año. Ese último viernes de Cuaresma en el que las Iglesias abren sus puertas a retranqueos y arreglos de última hora, en el que se improvisan conciertos en plena calle, y los últimos actos de las cofradías llegan a su fin. Esa noche mágica que se llena de Realejo, el mismo Viernes de Dolores nos anuncia que ya está aquí, que tras la tregua del Sábado de Pasión, llegará por fin el ansiado Domingo de Ramos, en el que se sustituirán las ramas de olivo por las de palma, y en el que dará comienzo nuestros sueños y anhelos.
 
Desgraciadamente, yo no podré vivir estos últimos días donde más me gusta, en los barrios de mi ciudad donde se viven intensamente esos últimos momentos de nervios e ilusión antes de que esto comience oficialmente. No podré darle el último arreón a mis pasos de Sto. Domingo, ni escuchar al Despojado con una caña del León en la mano. Ni darme un último abrazo y desearme suerte con los amigos que salen en otras cofradías y quizás no vuelva a ver hasta después de Semana Santa. Este año cumpliré con mis obligaciones fuera de la esencia cofrade de mi ciudad, alejado de ese olor a incienso que impregna el Realejo estos últimos días.
 
Intentaré no pensar mucho en ello, aunque creo que me costará evitar que el corazón me lata de esa manera tan intensa como lo hace cuando estoy fuera de casa. Me tomaré estos últimos días como un retiro espiritual de mi alma, para apaciguar nervios y reflexionar sobre lo que me deparará a partir del Domingo de Ramos, cuando llegaré con la ilusión renovada dispuesto a sentirme una vez más, cofrade en Granada.
 
Seguramente sean mis últimas líneas en el blog hasta que pase la Semana Santa, por ello, quiero desearos a todos una feliz Semana Santa, que todo aquello por lo que esperáis estas fechas de pasión, se haga realidad, y disfrutéis del amor que el Señor y su Madre nos otorgan en estas fechas tan especiales. A todos, un abrazo y mucha suerte.

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