Quiero comenzar esta entrada pidiendo perdón, en primer lugar, por mi larga ausencia al frente del blog. He de reconocer que ni yo ni vosotros estamos acostumbrados a tanto tiempo sin actividad en la luz del guardabrisas. Han sido unas tres semanas sin luz en el mismo, aunque claramente justificadas. He de reconocer que he pasado ratos de abstinencia casi insufribles, pero el bienestar en primer lugar, y las obligaciones en segundo, han imposibilitado de sobremanera la forma de poder conectar con vosotros.
He de decir, para aquellos que todavía no se han enterado, que el blog se cerró el 25 de Junio por enlace matrimonial, momento cumbre en la vida de este humilde narrador, que me hizo pasar uno de los días más inolvidables de mi joven trayectoria como ser humano. He de reconocer que la humedad que nunca abandonó mis retinas durante todo el día, hicieron de esas intensísimas horas un hecho inolvidable.
Quién no ha deseado como cofrade casarse en la Iglesia que te vio crecer como costalero, alzar los ojos en pleno altar y clavar la mirada en un Rosario imponente de plata. Agradecer desde aquí quiero, la deferencia que la Cofradía de la Cañilla tuvo conmigo en fecha tan señalada para nosotros.
No puede haber, boda más flamenca y rociera con todo el arte del mundo. Y como colofón final a un sinfín de emociones, salir junto a tu recién estrenada mujer a sones de agrupación realejeña con popurrí incluido en el repertorio. No faltó un detalle durante la ceremonia y la fiesta, esa entrada al salón con Esperanza de Triana Coronada se me antoja inolvidable.
Desde aquí aprovechar igualmente, para agradecer a todos aquellos amigos y familiares que hicieron de ese día una jornada grabada a hierro en el corazón y en el pecho.
Inmediatamente después a tan intensas emociones, vino el relax y el disfrute, el merecido descanso del guerrero. No os puedo contar muchas experiencias cofrades al respecto, puesto que el exotismo del lugar de destino para nuestra luna de miel, hicieron imposible ninguna al respecto. Fue tiempo de reflexión y descanso, intentando asimilar como mías, algunas de las premisas básicas de vida y convivencia de aquellas culturas que viven con otros valores y reglas de convivencia tan distintas a las nuestras. Intenté empaparme de aquello que me hicieran ser mejor persona en mi regreso al día a día en mi pequeño universo.
Y como colofón final a mi exilio bloguero, nada más aterrizar en suelo patrio, me dispuse a emprender la última gran aventura en tan pocos días, incorporarme a mi nuevo centro de trabajo, incluyendo ello cambio de ciudad, casa, trabajo y compañeros. Una nueva aventura forzada por mis circunstancias laborales de la que espero ir aprendiendo con el tiempo, e intentar adaptarme a ella lo antes posible.
Así que espero haberme justificado lo mejor posible ante esta falta de actividad en este rincón nuestro, y espero hayan podido entender las causas de mi destierro. Pero puedo asegurar que regreso al blog con más ganas que nunca y con multitud de ideas frescas que puedan ir llenando de contenidos y vivencias lo más entretenidas posibles para los lectores, sin los cuales, esto dejaría de tener mucho de su actual sentido. Así que sin más, vuelvo a dar a todos la bienvenida tras la etapa vacacional, a esta nueva luz encendida en el guardabrisas.
Un fuerte abrazo y saludo a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario