lunes, 3 de enero de 2011

EL AÑO QUE SE NOS VA

Para empezar, pedir disculpas por la falta de actividad en el blog durante estos días navideños, pero he tenido unas vacaciones moviditas en todos los sentidos, lo cual me ha hecho no disponer de mucho tiempo para disfrutar con vosotros bajo la luz del guardabrisas, así que desde aquí me gustaría desearos una feliz entrada de año, y que el mismo se desarrolle de la forma deseada por todos vosotros.

Echando la mirada atrás, he de decir que en el balance anual que hago en mi vida ha sido bastante positivo. La verdad que ha sido un año de bastantes cambios en lo personal, pero casi todos ellos han sido positivos en su totalidad, ya sean tanto en el ámbito laboral como en el emocional, siempre han servido para avanzar e ir consiguiendo los objetivos que me he ido marcando en la vida. Todas estas cosas logradas a lo largo de este año han sido conseguidas con esfuerzo y ahínco en todo aquello en lo que creo y quiero conseguir. Así que no me puedo quejar si digo que este año no fue nada malo para mí, pero sobre todo me satisface ver como aquellos seres queridos que me rodean están bien, gozan de buena salud y siguen para adelante con sus vidas de una manera más que digna.

Es cierto, que si para mí el esfuerzo y el trabajo tuvo sus recompensas, la situación general en el país no puede ser tan optimista, ya que este año ha servido para confirmar una vez más la lamentable situación económica en la que nos encontramos sumergidos, y que hace que muchos estén pasando por una situación mucho más precaria de lo que estaban hace un año. La incompentencia de la clase política de este país por sacarnos adelante, mezclado por una descofianza total del ciudadano de a pie en el sistema, hacen que éste se resquebraje poco a poco, dejándonos en una situación poco favorable para todos. Ha sido un año de declive económico y social, en el que las disputas entre políticos de distinto signo no hacen sino agravar el decepcionante panorama en el actualmente nos encontramos.


He de decir, que hubo momentos en los que determinados logros deportivos nos hicieron capear el temporal, por lo menos por un tiempo. La victoria de la selección española y el ascenso del Granada han sido de los más destacado del año, haciéndonos vibrar y sobre todo haciéndonos olvidar las penurias que muchos están pasando. Aquello que ahora llamamos "La Roja" hizo que por primera vez en este país todas las voces se unieran por un mismo objetivo, sin distinguir gente por sus colores, sus lenguas o lugares de procedencia. Se consiguió que por fin no existieran autonomías ni regiones, que todos estuviésemos orgullosos de vestir una misma camiseta, y que por fin pudiésemos ondear millones de banderas rojas y amarillas sin temor y sin complejos de ningún tipo. Como un grupo de humildes chavales nos hicieron tocar la gloria por momentos, y sacar pecho cuando en cualquier lugar del mundo nos preguntasen de donde procedemos, y poder contestar con orgullo,  yo soy español.




Lo del equipo rojiblanco fue parecido o mejor, la historia por fin hizo justicia con una afición y una ciudad abandonada a la suerte, y que por fin con el ascenso se consiguió volver a poner a Granada en el mapa futbolísitico de este país. Poder ver a este equipo cargado de ilusión rondar por la división de plata, enfrentándose a equipos legendarios, y responder dignamente a las espectativas que en él se están poniendo, hacen surigir en el interior de uno un sentimiento intenso por esos colores rojiblancos siempre horizantales.


 En cuanto al mundo cofrade todo sigue su rumbo, es cierto que este año que se nos va quizás si fue un poco más duro para mí al no poder contemplar el rostro del padre misericordioso a través de un friso de claveles rojos sangre de toro. Fue la única espinita clavada que me dejó el año, debido a que la salud en una de mis piernas me dejó mermado, y solo pude disfrutar de su Humildad sobre la cerviz, aunque me hizo disfrutar por los dos con toda esa gente que me rodea  bajo el paso. A pesar de los cambios experimentados en la dirección de la cuadrilla, el año se saldó con balance positivo, con muchas cosas mejorables, pero con una muy buena sensación bajo los faldones, que espero sea el comienzo de algo grande bajo esas trabajaderas, esa es la actitud.


La verdad que si tuviese que rememorar todo aquello que se desprende de mi memoria a lo largo de este año no acabaríamos nunca, así que me he limitado a exponeros un poco por encima aquello de lo más reseñable del pasado año sin entrar en muchos más detalles para no hacerme eterno.
Solo quiero desde aquí, deparar a todos aquellos que me seguís bajo esta luz, que el año en el que ya nos encontramos os traiga todo aquello que buscais y deseais, que la felicidad inunde vuestros hogares y corazones, y que si dios quiere podamos verlo todos bajo esta aunque tenue intensa luz, la luz del guardabrisas.

Feliz año a todos y suerte.

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